Ileana Ivandic es una narradora de historias, sus obras son pensamientos materializados, busca describir, con sus trazos muchas veces enmarañados, las distintas realidades donde le tocó vivir, sus conflictos y sus desafíos.
Esta muestra, “Encuentros”, tiene vocación retrospectiva. Ivandic nos presenta 32 obras producidas en México, El Salvador, Perú y España, donde la artista vivió desempeñándose como profesora de artes plásticas, además de artista. Cada uno de esos países le aportó una temática pictórica diferente y una elección de soporte y material, según las condiciones climáticas y factores sociales de cada entorno.
En México conoce la existencia de la Selva Lacandona debido a las noticias de su incendio. Un promedio de 120 hectáreas de selva chiapaneca afectadas, realidad devastadora si se toma en cuenta que en cada hectárea de esa selva pueden existir 250 especies de árboles que albergan a más de 3 mil seres vivos. Así sus obras contienen polvo de mármol y migran desde el color exuberante al blanco y negro.
El Salvador le regala la explosión del color y los rostros expresivos. La humedad y la vegetación la llevan a pintar con pastel de óleo sobre papel especial tipo Kraft. Ambos materiales no permiten modificaciones, cada trazo que la artista coloca se convierte en un trazo definitivo, sus obras se convierten en piezas integradoras.
El Perú la lleva a los tonos tierra. Ileana descubre las diferentes naciones que habitan esa tierra de contrastes llamada Perú, sobre todo en su capital, Lima, donde los desencuentros son más visibles y los conflictos sociales están a flor de piel, así surgen esos trazos intuitivos hechos con grafito, líneas que actúan como hilos envolviéndolo todo, creando unidad, pero al mismo tiempo enredos.
Durante la pandemia, ya en España, estos trazos se intensifican, en sus obras las líneas empiezan a actuar con mayor intensidad, incrementan la luz y al mismo tiempo establecen sombras. La figura humana desaparece, los rostros se desvanecen, reflejo de la realidad donde las personas nos convertimos en meras estadísticas. Tiempo donde la individualidad se ocultó detrás de una mascarilla y fue confinada al aislamiento.
España es la tierra que actualmente acoge a Ileana Ivandic, después de más de 20 años viviendo fuera, descubre, al volver, que los seres humanos tenemos más cosas en común que diferencias. Todas las sociedades están tejidas con nudos tortuosos e hilos entreverados que complican las relaciones, pero que, así como enredan, unen. De allí la importancia de su obra, para recordarnos que solo con tiempo, paciencia, constancia y responsabilidad se tejen realidades y relaciones estables.
Yessica Hernández
Comisaria